¿Para que sirven los ojos? Conocemos a muchas personas que con los ojos bien abiertos atraviesan una multitud, una fábrica, un museo, una galeria de arte, sin darse cuenta de nada. Es el caso del incorregible distraído que siempre esta pensando en otra cosa. El del concentrado que reflexiona sobre un proyecto. El orgulloso que no piensa más que en sí mismo. El del ansioso, demasiado preocupado de la opinión que puedan formarse de su persona, para tener siquiera la idea de mirar un poco en su entorno.
Tener ojos para ver lo que se mira es muy difícil. Se olvida con demasiada frecuencia que también es una técnica de comunicación, ya que a través de la lectura se toma contacto con las ideas de los demás, y leer no es más que una forma de ver.
Tener ojos para lo que se mira supone la misma atención que la que fijamos en el rostro y en la palabra de nuestro interlocutor, cuando hablamos, es decir, cuando nos comunicamos oralmente.
Por lo tanto, hay que aprender a ver: es esencial para nuestra vida de relaciones. Lamentablemente, desde niños se descuida el entrenamiento de esta facultad. No se nos enseña a ver y sus consecuencias se dejan sentir pronto y a lo largo de la vida. Ver es elegir, asombrarse y admirar.